El mundo sucumbió en algún momento lejano.
La poca esperanza que quedaba desapareció
en la víspera del reencuentro,
no pudo ocultar sus gotas
y se eclipsó bajo el sabor amargo de sus labios.
Una nebulosa cegó sus ojos y la escena se desvaneció.
El teléfono vuelve a sonar
la voz de un hombre hace la conexión,
ella relaja sus músculos y conversa.
La lejanía de los cuerpos no aguarda
y la soledad de aquel segundo los prepara para un beso.
El momento que cambió,
cada vez más nítido.
Ahora todo era irradiación, que encandila.
2 comentarios:
el momento en que cambió no me deja dormir
no hay culpables, sólo vibraciones inaguantables que se vuelven un vicio exquisito
y le grito sin dejar que respire porque necesito sacarlo, sé que no va a hacer nada al respecto.
lo llamo autoterapia .
:)
gracias
:o!!
entre!!
logré entraaaaar :D:D:D:D
un besoo
te quiero mucho
Chau
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