acostarme contigo y coger una enfermedad contagiosa
LA MUERTE nos habla de frente
es necesario desvestirte para enamorarme de ti
sacarte las plantas de los oídos
los árboles de los ojos y un par de helechos entre los dedos
de tu ombligo abono
y en tus piernas plantaré.
Me acuerdo de acostarme contigo y siento náuseas
no del momento
del dolor penetrante por tu ausencia
porque tú no estás aún ni aquí.
Te deseo y el hueco de tu nombre pena mi sien
dejando que bote la carencia de tu palabra
no estás y sigo pensando que eres mi sombra
conozco la sensación criminal de besarte
porque nunca tuviste boca, te la succionaste.
Las flores o helechos, ya no sé que eran
dejaron de llamarme hace un año atrás,
tu recuerdo es caduco, no vive más.
Esta noche duermo contigo,
duermo con tus pastillas reconciliadoras de esta pelea eterna.
Descansa la cabeza en la almohada para sucumbir a la madrugada
encarcela tu cuerpo en las sábanas
pareceremos un matrimonio absurdo
una risa ante el espectáculo.
Porque maquillaré las ganas que tengo de encontrarte
y de juntarme contigo en el sitial lejano de tu maestría.
No sembraré mas nada que un par de cerebros-hombres,
esperando que de un momento a otro nazcan razones para seguir muriendo o viviendo
depende tanto el caso.
Mi abrazo infantil te embriaga a ti,
con la duda de saber si estoy viva
O NO.
Dedicado a la muerte tuya en un día de nacimiento.
Algo muy mío, daránse cuenta.