- pero si no sé lo que hice!
- ¿no sabes lo que hiciste?. Mira, yo te explico: llegaste un día y la etiquetaste, luego la guardaste y la mirabas de vez en cuando, luego la vestiste... y se te olvidó. REsulta que con tantos cuidados, cobró vida y luego de despacharla y reemplazarla por un abutilón, se te apareció y te diste cuenta de lo que habías hecho.
- pero aún no entiendo, ¿cómo es que llegué hasta aqui?
- ah bueno esa es otra historia, aqui llegaste porque te morías de miedo
- ¿miedo de que?
- De perderla, por su puesto
-pero si ya no la tengo, ¿cómo es posible que pueda perderla de nuevo?
- ah, ese siempre ha sido tu problema, nunca se fue. Te la amarraste.
- ¿Podré salir de aquí?
- Sólo si te sabes la contraseña...
- ¿eres tú?
y se fue...